MM y RUSLÁN TORRES
No film-Ciudad Afectiva | Patio principal del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Ciudad de México | 13 de agosto, 2011.
POR DANIEL GODINEZ
Por segunda ocasión, el Seminario de Medios Múltiples contó con la participación del artista invitado Ruslán Torres, del 8 al 14 de agosto de 2011. El encuentro partió del trabajo realizado un año atrás bajo el concepto de seguridad afectiva, surgido a raíz de haber reflexionado en torno a la situación política y social que corroe al país. Como se relató en páginas anteriores, de esta compilación, el primer taller del artista cubano buscaba una manera de brindar seguridad desde el afecto, mediante una serie de actos performáticos en la plaza de Santa María la Ribera.
Un año de vida pasó desde que trabajamos el smm 3 y 4 con Ruslán, y muchas cosas han sucedido. Hemos desarrollado nuestros proyectos personales y profundizado en un discurso artístico que privilegia la experiencia y el contacto directo con personas en un contexto específico. En esta segunda parte del taller, fueron notables los avances en nuestra capacidad discursiva y participativa, pues es- tuvimos en el mismo nivel que el artista en cuanto a la autoría de la obra. La pieza fue realizada en conjunto de una manera orgánica y rica como aprendizaje personal y colectivo.
Hubo reuniones de trabajo diarias con la amplia convocatoria de los compañeros seminaristas. El proceso de discusión y concepción de la pieza inició al hablar de los cambios que podíamos percibir en las cuestiones de seguridad y afectividad en nuestro país. Nos dimos cuenta de que el agotamiento emocional que sufre la ciudad se había incrementado y cada vez estaba más cerca de nosotros, casi vecino, como sutil hábito tatuado, en la relación con los demás.
Decidimos realizar una pieza con la que pudiéramos provocar o dar visibilidad a ac- tos afectivos en la ciudad, particularmente en los contextos de cada uno de los participantes. Nos propusimos interactuar con una persona en el espacio público a partir de la afectividad.
Optamos por dirigir un video de tres minutos que llamaríamos “No film”. De esta manera podríamos hacer el registro de las interacciones sin que la cámara fuera un agente de intimidación y se impusiera en el desarrollo de las acciones. Empleamos la cámara como pretexto para generar la interacción, bajo las siguientes condiciones:
1. No esconder la cámara.
2. Involucrar a uno o más desconocidos.
3. Grabar en cualquier formato.
4. Plantear una única situación.
5. Accionar en un espacio público.
La película final que reunió los videos se llamó Ciudad afectiva. En ella, cada uno de los realizadores generó una relación afectiva suscitada específicamente por la manera en la que actualmente está produciendo y construyendo su discurso. El producto se presentó en una casa por el Parque Hundido, y cada uno pudo invitar a cinco personas con las que tuviera una relación afectiva jerarquizada o con la que tuviera una historia de vida peculiar. En la presentación hubo alimentos, bebidas, música y situaciones relacionadas con el afecto, como la acción “Tocar al rojo”, que consistió en:
- quienes quisieran tocar y ser tocados debían ir de rojo o llevar algún atuendo rojo donde deseaban ser tocados,
- y quienes no quisieran ni tocar ni ser tocados debían ir de blanco.
Aunque realmente no se suscitaron comportamientos fuera de lo normal en cuanto al contacto, sí hubo algo sobresaliente en la elección de los colores –que en este caso se señalaron con cintas que se colocaban en diferentes partes del cuerpo–. Se evidenció un deseo casi generalizado de ser tocados, sobre todo por parte de la población masculina, que parecía por momentos una masa colorada amoldándose al espacio.
Para nosotros la noción de arte es asumida como medio para estructurar experiencias. Se trata de crear situaciones emocionales, afectivas y de aprendizaje estético usando las estructuras, los espacios y los mecanismos de la producción simbólica artística.