La ballena falsa asesina está en peligro de extinción, por tres razones: una es la caza excesiva, ya sea por deporte, para comérsela o usar su aceite, otra es la contaminación por ruido provocada por ecolocaciones navales y exploración sísmica, por último, la creciente contaminación por plástico que hay en los océanos donde habitan, los peces y calamares con que ellas se alimentan comen el plástico que está mezclado con las algas y el plancton, que también conforma su alimentación. Estos desechos no son digestibles, así que llenan sus intestinos, provocando más tarde su muerte por hambre.

Esta escultura interactiva es un dibujo tridimensional de una ballena falsa asesina que se pone en acción a través de una linterna (el faro o espectador ejecutante), que le ilumina y le da vida.