Esta obra forma parte de Mercados públicos, proyecto en el que estos espacios son abordados en tanto foros de retórica pública. Los medios de producción del proyecto parten de dinámicas socio-económicas propias de las distintas formas de comunidad que articulan a estos mercados. Las obras funcionan como plataformas de diálogo desde las que pueden ser imaginadas otras acciones, y culminan con una intervención de sitio específico, producto de una estructura temporal cíclica. Las dinámicas que propongo como artista son disueltas en procesos sociales; todo el proceso social es parte de la obra, por lo que resulta absurdo que sea situada desde campos de autoría. Aquí es mostrada una estructura básica propuesta en un inicio, no lo que ha sucedido desde entonces.

La acción ritual –que desde 2008 reúne allegados y comerciantes de once distintos mercados públicos de La Merced– inicia siete noches antes de la procesión, cuando el Señor del Maíz (hasta el 2010) era desmembrado, y después distribuidas cada una de sus partes (brazos, manos, piernas, etc.) en distintos mercados del barrio La Merced. Durante la procesión, que ocurre el primer martes de la primera luna creciente de octubre, van siendo reunidos los miembros de la escultura a su paso por los mercados, hasta que una vez reconstruida, la escultura es recibida en el mercado mayordomo, donde es atendida durante un año. La procesión es acompañada de chinelos, banda de viento, cestos vacíos con cascabeles y estandartes en los que son descritas las estrategias de comercio más empleadas en los mercados participantes.

En 2008, el Centro Cultural de España, a través del Seminario de Medios Múltiples, en coordinación con la Academia de San Carlos, financió la primera procesión. Días después de realizada, diversos comerciantes de los mercados se involucraron en la planeación y realización de una segunda procesión. Comencé pues con caminatas a través de estos espacios, dialogando con comerciantes sobre la estructura del ritual y las formas de financiamiento.